el aplauso es, por antonomasia, el premio espontáneo del público a un show, sea éste artístico, de salón, deportivo, etc. si el aplauso va acompañado de algunos "bravo", entonces el reconocimiento es mayor. si el aplauso es sostenido durante un tiempo mayor a 1.5 ó 2 minutos, estamos ante un público casi eufórico.
sigamos subiendo: sostener los aplausos una vez que los artistas se han retirado del escenario y hacerlos regresar (sin pedir "otra", eso ya es un recurso gastado) para seguir recibiendo el tributo de las palmas es casi lo máximo a que un artista aspira.
finalmente, en la punta de la pirámide, está el aplauso de pie. el aplauso de pie está reservado para muy escasos momentos que equivalen al colofón de un show probablemente histórico.
guayaquil, tan generosa y rústica en algunas instancias, casi siempre aplaude de pie. hace pocos día se presentó andrés lópez (el cómico colombiano, no el ex presentador de noticias) con el monólogo "la pelota de letras". mejor el showman que el show per se. muy recursivo lópez, muy buenos textos, humor fino y cotidiano que no recurre al atajo de las malas palabras o la frecuente connotación sexual. en suma, un muy buen show. ¡pero no para aplaudirlo de pie!
el aplauso de pie es la máxima ofrenda del público. midamos bien a quién se la damos.
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Que se puede decir sino que tiene toda la razón, solemos darle demasiada atención y demasiado crédito a situaciones que no las merecen.
ResponderBorrarPero lo invito a compartir este punto de vista, aunque haya escuchado el chiste de ERES UN PAN ya unas cuantas veces por medio de ese dvd que me compré a $1 en Las Monjas y no pagué los $35 para ir a verlo al teatro, hay que reconocer que logra hacer que nos riamos de nosotros mismos y de todas esas extrañas manías que adquirimos con el paso del tiempo, un aplauso de pie si se merece alguien quien pone en ridículo a mi Sra. madre a mi Sr. padre y al resto de nosotros pobres mortales. Le doy crédito porque cumple con su función de haernos reir A CARCAJADAS de nosotros mismos, cosa que no podemos decir de aquellos que son sacados a piedradas de pueblos y que los botan, los vuelven a emplear, huyen a Colombia; de quienes nos reimos con un poco de verguenza, de stas situaciones que no deberian ser chistes, simplemente porque NO DEBERIAN PASAR. Acepto entonces mi culpa de darle un aplauso de pie a alguien que logra hacerme reir de mi misma mientras yo me rio de mis padres por cosas que pasan naturalmente y a diario, cuando hay cosas cotidianas que causan risa y afectan a todo un país.