los vendedores son un serio problema para sus jefes, sus clientes, sus esposas, también para los gerentes de crédito y para ellos mismos.
como individuos y como colectividad son sujetos de debates, conferencias y otros foros de discusión.
hacen más ruido, cometen más errores, crean más regocijo, concilian más diferencias, escuchan más quejas, ganan y gastan más dinero, apaciguan más beligerancias y desperdician más tiempo que cualquier otro segmento de la población.
viven en hoteles, taxis, buses y bancos de parques. ingieren todo tipo de comidas y bebidas, duermen antes, durante y después del trabajo, siempre sin horario y sin que la oficina les haga llegar muestra alguna de solidaridad.
llegan a las horas más inoportunas, introducen más productos nuevos, de deshacen de productos viejos, cargan y descargan más vehículos de transporte, generan más utilidad, desatienden más a su familia y a su salud, inician más empresas y comparten más sueños que cualquier otro departamento de la empresa.
pese a todas sus fallas, mantienen activos los engranajes del comercio y las esperanzas humanas. difícilmente se podría decir más de una persona.
así que tenga cuidado a quién le dice Vendedor, no vaya a hacerle un elogio.
(autor desconocido. texto salpimentado por el vendedor de sueños.)
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