domingo, 16 de enero de 2011

VELOCIDAD CONDUCE AL PODER.


comparto con ustedes un artículo que diario expreso me solicitó para el suplemento "¿qué nos trae el 2011?" publicado el pasado domingo 09 de enero. el suplemento reunió 25 opiniones calificadas sobre igual número de temas y sus proyecciones para el año en curso. una de las 25 opiniones -inmerecidamente- es la mía y versa sobre patrones de comportamiento y consumo del mercado ecuatoriano urbano. destaco el crecimiento de las redes sociales, la expansión del supermercadismo y la progresiva mayor capacidad de compra de la población. a continuación el texto original.

CONSUMO.

La primera década del siglo nos deja un paquete de tendencias en vías de consolidación cuya mayor complejidad estará dada por los diferentes ritmos de desarrollo de cada una de ellas y por el tiempo de reacción requerido por las empresas para enfrentarlas. De “información conduce al poder” podríamos mutar a “velocidad conduce al poder”.

Desde el poder, dicen algunos gremios empresariales, se desestimula la inversión privada. Sus razones tendrán, pero con la copa medio llena veremos que el sueldo básico unificado crecerá en 10% a partir de enero de 2011 y que el desempleo (9.1% en 2009) lo tendremos en alrededor de 7.0%. Otros elementos coadyuvantes son la inflación controlada en menos del 4.0% y la política de bonos (solidario, de vivienda) que le permite a buena parte del 23% de quienes viven debajo de la línea de la pobreza integrarse al mercado de consumo de bienes a los que antes no accedían. La visión macro del mercado se complementa con la enorme inversión pública en los proyectos Coca Codo Sinclair y Refinería del Pacífico. Entre los dos generarán miles de puestos de trabajo y miles de adquisiciones de bienes y servicios que significarán dinero en manos de consumidores y consumidoras dispuestas y necesitadas de comprar productos en mercados, tiendas y autoservicios.

Precisamente algunos autoservicios, de forma muy sagaz, están multiplicando el número de supermercados de formato pequeño en zonas suburbanas y ciudades menores del país, otrora frecuentes compradoras de tiendas y mercados. La cultura del supermercadismo –con todos sus bemoles sociales, que no son pocos- se nos seguirá metiendo por rendijas y celosías. Con los malls, sus primos mayores, sucede lo mismo, por ello se cuentan en decenas los que se han construido o ampliado en los últimos doce meses, y la tendencia seguirá en 2011. Es un hecho: la mejor y mayor oferta se va a concentrar en espacios cerrados, y éstos van a seguir acercándose a su casa.

Su casa, por su parte, se hará cada vez más divertida: más canales de televisión por cable; súmele a esto las versiones HD y 3D, el internet banda ancha y la oferta

de comida a domicilio y ya no sabemos si es una casa o un club social. Además siguen ganando espacio los smartphones (Blackberry y Ipod) que reúnen decenas de funciones y también sirven para llamar por teléfono. Es el mundo del entertainment para el cual todo es un escenario de comedias ligeras: sirven para distraer y divertir con ingentes dosis de dopamina social. Esta es, quizás, una de las tendencias de más rápido y sigiloso desarrollo.

Poco sigiloso es, en cambio, el crecimiento de las redes sociales, donde millones de usuari@s se expresan a diario dejando su impronta fotográfica, textual, gestual incluso. El terremoto de Chile y el 30-S empezaron a revelar el poder de comunicación e influencia que pueden llegar a tener en una ciudadanía (o un mercado) que demanda ser escuchada por alguien más que un call center, mientras en la otra orilla las empresas intentan (e inventan) ligar emocionalmente a marcas y client@s. Redes sociales será la tendencia que mayor desarrollo llegue a tener durante 2011 si nuestras empresas se deciden a usarla proactiva y responsablemente.

Responsables también deberán ser las empresas al tenor de la norma ISO 26000 sobre Responsabilidad Social. El concepto no manda distribuir utilidades bondadosamente regalando centavitos, sino a obtenerlas con responsabilidad y legitimidad. El año que empieza abrirá numerosos foros y originará primeros pasos hacia conductas empresariales socialmente responsables, pero ¿valorará el mercado prácticas, por ejemplo, de preservación ambiental? ¿Debe la empresa esperar a que sean valoradas para empezar a practicarlas o debe hacer una labor tutorial con su clientela?

Tenemos, como país y como mercado, un 2011 con tendencias muy bien perfiladas tanto de oferta como de consumo. Es un año para que las empresas aprovechen ciertos visos de estabilidad económica y política (aunque pueda haber referéndum revocatorio) y se aproximen tanto como sea posible al mercado de consumidores y consumidoras que están recibiendo un creciente influjo de nuevos modelos de oferta, nuevos estilos de vida y nuevos mecanismos de comunicación.

Yo tengo clientes fieles –me dijo un empresario hace poco. Rebuc sic stantibus (mientras las cosas sigan así) –lo complementé. Y las cosas (algunas, ¿cuáles?) han cambiado ya desde que yo escribía estas líneas hasta este momento en que usted las lee.

Velocidad conduce al poder.