SABIDURÍA EN COTACACHI.

este apunte ha sido tomado de http://www.lavanguardia.es edición del 21 de mayo de 2007, sección "la contra", editado por el vendedor de sueños. es una entrevista a miriam cumbia, partera de cotacachi, (provincia de imbabura, ecuador) quien ha sido invitada por cruz roja de cataluña para escribir y dar conferencias sobre medicina natural.

- Mi primera hija murió en el parto. Cuando pedí a la partera ya era tarde y le dije a la mujer: "No sea malita, enséñeme a ser partera, no quiero que lo que me ha sucedido a mí vuelva a ocurrir". Y aunque la sabiduría de las parteras sólo pasa de madres a hijas, finalmente accedió a enseñarme.

- ¿Qué hace una partera?
- En quechua significa mujer sabia, y serlo implica muchos conocimientos de fuerzas y plantas para curar enfermedades como el mal aire.

- ¿Qué es el mal aire?
- Mala energía que se acumula en barrancos, una cueva de un río o casas abandonadas y que puede entrar en ti si pasas por ahí.

- ¿Acompaña usted el embarazo?
- La embarazada se controla una vez en mi casa. Si no puede caminar, voy yo y ahí vemos si la mujer sufre de frío o de calor.

- ¿Qué es sufrir de frío o de calor?
- Existen las enfermedades frías y las calientes, para combatirlas hay plantas frías y plantas calientes. Las embarazadas se cargan fácilmente de malas energías.

- ¿En qué consisten los controles?
- Con las manos palpo al bebé. Localizo la cabeza, las manitas, las piernas, y veo si está mal colocado; si es así, lo voy masajeando día tras día hasta colocarlo. Si la cabeza es blandita, es una niña; si es más dura, niño. Y también hay que mantear.

- ¿Mantear? - Colocamos bajo las caderas de la mamá una manta y con movimientos secos vamos recolocando al guagua (bebé) hacia la salida. Le damos a la mamá agüitas calientes hechas con semillas y plantas, y en el momento del parto, pimpilina,una planta que cultivamos y que ayuda a salir al guagua. Y para que la placenta salga rápido metemos en la boca de la mamá una cebolla caliente para producirle náuseas: las contracciones ayudan a bajar la placenta.

- ¿Algún cuidado especial para el bebé?
- El mayt´u:vendamos al bebé con cinta de algodón de cuatro a seis meses de manera que quede rígido y sus huesos se formen bien, duerma tranquilo y no se despierte cuando patea o con sus propias manitas. Y para que la mamá lo cargue en la espalda mientras trabaja y el guagua no se dañe.

- Entiendo.
- A la mamá le damos zanahoria negra, higo y gimbugata para que baje toda la sangrecita del útero y luego la encaderamos.- ¿Eso duele? - Un poco. El parto deja a la mamá abierta, y para que los huesos vuelvan a su sitio se la unta con gimbugata y se le vendan las caderas fuerte, fuerte. Las vendas se van ajustando a diario durante un mes, y le hacemos masajes de huesos. Encaderar también es un método anticonceptivo, retrasa la menstruación hasta un año.

- ¿Siempre lo han hecho así?
- El gobierno de Ecuador había prohibido y perseguía con la cárcel nuestras prácticas, así que se estaba perdiendo la tradición. Pero vinieron los de Médicos sin Fronteras y el alcalde Auki Tituaña a visitar nuestras comunidades. El alcalde consiguió descentralizar el sistema sanitario y que se reconociera a los agentes tradicionales de salud, así pasamos de 30 prestadores de salud a 300, y les hemos demostrado que nuestras tradiciones no son cosas raras y ha bajado muchísimo la mortalidad por partos.

- ¿Usted cobra?
- Jamás. Los remedios los tengo en el huerto, más de cien plantas.

- ¿Y las piedras?
- Hay piedras vivas y piedras muertas, piedras macho y piedras hembra, y piedras que nos quieren ayudar. Convencí a un yachac para que me enseñara a conversar con ellas.

- Usted también es soñadora.
- Sí, antes de dormir expongo la situación, pregunto y sueño la respuesta.

comentario del vendedor de sueños: en la antigüedad el ser humano era visto como parte de la naturaleza, no como su rey. la sabiduría de las parteras de cotacachi conserva esa luz.

cotacachi es ciudad unesco libre de analfabetismo, además tiene 0% desempleo y algunos programas de economía solidaria. no hay millonarios, pero tampoco indigentes.