érase una vez un hombre muy rústico, pero muy trabajador. no había podido cursar la universidad y ni siquiera había terminado el colegio. la vida quiso, sin embargo, que tuviera los medio para poner un negocio de hamburguesas y hot dogs. era una pequeña carretilla en la que el hombre rústico se esmeraba en preparar los snacks más grandes y de mejor calidad del mercado. y los vendía a precios módicos, por lo que su negocio pronto tuvo muchos clientes.
con el paso de los años, el rentable negocio de las hamburguesas le permitió al hombre rústico enviar a su hijo mayor a estudiar en una universidad muy renombrada de la ciudad, y luego en una célebre institución de boston. el hijo estudió economía, administración de empresas, marketing, comunicación y ciencias políticas. al cabo de algunos años de estudios, se convirtió en un ilustradoy volvió al país para encontrarse con un gobierno socialista.
al ver a su padre en su mismo negocio de toda la vida, el hijo ilustrado le hizo algunas sugerencias:
-padre, ¿no has visto que el gobierno es socialista? eso significa que van a quitarle los bienes a los ricos para dárselos a los pobres, por tanto las empresas extranjeras van a migrar y va a cundir el desempleo, la delincuencia y la inflación.
-¿qué haremos entonces para salvarnos de ese azote?
-debemos disminuir nuestros costos aunque para ello debamos bajar la calidad de las salchichas y de las carnes, también deberemos sacar el dinero del banco porque éste podría ser estatizado y además es recomendable despedir a algunos empleados porque luego ellos serán nombrados dueños de nuestro negocio.
-¿y las ventas, hijo, qué pasará con las ventas?
-las ventas caerán dramáticamente, padre, porque la gente se volverá más pobre, pero para evitar que las ventas caigan existe la publicidad: pondremos un rótulo en neón y cambiaremos nuestra carretilla por una más vistosa, también invertiremos en unos flyers y en cuñas radiales. respecto a los precios, deberemos elevarlos para captar al segmento de los ricos que son los que siempre salvan a todos los mercados ya que ellos sí valorarán nuestras estrategias.
el hombre rústico siguió al pie de la letra las recomendaciones de su hijo, pero le fue muy mal. al cabo de tres años tuvieron que vender el rótulo de neón y cancelar toda la inversión publicitaria. la carretilla vistosa la cambiaron por una vieja y destartalada, sus clientes habían migrado a otros negocios que ofrecían mejor calidad a menor precio y el banco al que recurrieron para pedirle un préstamo amenazaba con embargarles la casa.
un día, muy deprimido por lo sucedido, se le escuchó decir al hombre rústico:
-¡cuánto sabe mi hijo! ¡él me dijo que todo esto sucedería con el socialismo!
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Trata de decirnos que no fue la típica historia de cuanto de hadas donde gracias a su hijo salvo el negocio y vivieron felices para siempre. Sino el por que prepararse tanto para caer a manos de un régimen socialista, opacando las oportunidades del que se prepara para ser grande e igualando las del que es mediocre y consigue todo de manera súper fácil… el padre sintió la satisfacción de que lo que su hijo predijo y sintió que su dinero fue bien invertido al crear una persona capaz de poder predecir las dificultades de la vida
ResponderBorrarBueno creo que el hombre a pesar de no haber estudiado habia logrado un negcio estable y con buenas ganancias, y que debio seguir con sus planes iniciales. Por otro lado el hijo ilustrado a pesar de que realizo gran cantidad de estudios, parece no haberlos puesto en practica nunca, ya que ninguna de las ideas contribuyeron con el negocio de su padre, todo lo contrario lo perjudicaron de tal manera que llego a perder todo.
ResponderBorrarEl gobierno socialista no tubo nada que ver con la baja del negocio. lo que causo dicha perdida fueron las decisiones del hijo ilustrado, que desde un principio fueron hechas al azar y sin tomar en cuanta al consumidor, que es quien mantenia vivo el negocio.
Cecilia Poveda
Me pareció una historia muy interesante, uno nunca imaginaria este tipo de final. El hijo no debió tomar esa decisión sin antes haber investigado bien como iban a ser las cosas, o como estaban sucediendo las cosas. Yo creo que el padre pensó que su hijo iba a tener toda la razón por haber estudiado, pero muchas veces la experiencia es mejor que lo aprendido por libros.
ResponderBorrarCuando una persona está llena de prejuicios como el hijo ilustrado con el gobierno socialista, no sólo no contribuye al progreso, en este caso con el negocio de su padre, si no que además tiene una venda en los ojos que lo motiva a crear obstáculos predisponiendo inconscientemente a que suceda todo lo contrario a lo que quiere.
ResponderBorrarA esta historia se suma el hecho de que el hijo trabajó en base a conocimientos generales, pero no orientándose a las necesidades de un mercado específicos, claramente el padre sin estudios en el extranjero conocía mucho mejor el manejo de su negocio y las necesidades de sus clientes.
Problema de prejuicios no de gobierno.
Problema de aplicaciones, no de conocimientos.
Alicia Mantilla