viernes, 29 de junio de 2007

FACUNDO CABRAL SE VA.

el gran maestro facundo cabral se nos va. esta noche en quito cantará por última vez en ecuador ya que está en su gira de despedida.

facundo cabral es un artista en la mayor y más pura concepción del término: es un hombre libre, ajeno al sistema, distante de los premios, austero, crítico, brillante. los artistas son la reserva moral de la sociedad.

es tan difícil escribir sobre el maestro que mejor reproduzco unos textos tomados de su página web oficial www.facundocabral.org con ocasión de uno de sus conciertos de despedida realizados en venezuela.

Su actuación no fue un concierto, fue una comunión con el público. "Esta gira es sólo un pretexto, estamos aquí porque compartimos el mismo fervor por la vida y el amor, que es en definitiva lo que mueve al mundo", dijo entre muchos versos el argentino, que luego de 35 años sin venir al país trajo su eterno y profundo canto a la vida.

Con su inseparable guitarra en mano y el humor en la boca, proclamó lo que aprendió durante toda su vida: el valor del amor y la libertad; y brindó su mensaje de paz, de creer y seguir apostando en el ser humano.

El tiempo se hizo corto, su figura lucía pequeña en el escenario, pero su aura en cambio fue gigante. Un par de micrófonos, una silla y una mesa con una copa de vino, conformaron la sencilla escenografía. Ahora tiene barba, su cabello es más corto y con muchas canas. Lentes oscuros y ropa casual conformaron su atuendo, mientras que un bastón apoya su pausado andar. Cabral habló desde el comienzo hasta el final del encuentro. Tomaba la guitarra y cantaba una que otra canción, para nuevamente retomar el monólogo. Sus canciones fueron poco coreadas por el público, sin embargo, su palabra y chistes mantuvieron atentos a todos los asistentes, quienes no pararon de reír con las ocurrencias del trovador.

Recordó cuando vino a Venezuela en 1972 y fue invitado al programa de Renny Ottolina. Se paseó por sus orígenes, su pasado pueblerino de mucha hambre y pobreza, su madre y el popular Tío Pedro. Subrayó cómo un mendigo que "vivía feliz en un basurero" lo hizo ver que todos somos príncipes, porque todos somos hijos de Dios. También habló de su esposa, una joven 20 años menor que él, con la que tuvo una hija. "A las dos las perdí en un accidente de avión, sin embargo, siempre las siento a mi lado, ahora mismo están conmigo".

Más reflexiones, versos y canciones inundaron la escena. Finalmente tomó la guitarra e interpretó No soy de aquí, no soy de allá, tema que se ha convertido en todo un himno. El emocionado público lo acompañó a cantarla. "Yo soy libre y feliz y si esta noche sirvió para contagiarlos con ese fervor por la vida, fue una bienaventuranza y me puedo despedir tranquilo", dijo el prolífico artista de 70 años, quien aseguró estar en la recta final. "Viví todo lo que tenía que vivir y estoy preparado para irme feliz".

El inolvidable concierto sirvió para comprobar que Facundo Cabral no es un músico, poeta, escritor ni cantante. Es un predicador que mira el mundo y lo llena de música, de coplas de amor y sabiduría.

¡gracias, maestro, y hasta siempre!

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