jueves, 16 de agosto de 2007

CÓMO NOS VENDEN LA MOTO.

nada menos que noam chomsky e ignacio ramonet son los autores de los ensayos que constan en cómo nos venden la moto, obra publicada en 1995 y que ya va por su 22a. edición.

cómo nos venden la moto trata de cómo y de qué nos informamos cuando tenemos contacto con la prensa; trata de la prensa en sí, de los oscuros manejos de poder que se dan detrás de ella; trata de un tema tan propio del primer mundo como del tercero: la opinión pública la moldean quienes tienen el poder económico y mediático para hacerlo. y lo hacen a su conveniencia.

a continuación reproduzco textualmente unos pocos párrafos a manera de botón de muestra.

"... El rebaño desconcertado [la sociedad civil, la de a pie] nunca acaba de estar debidamente domesticado: es una batalla permanente... En los años sesenta [en occidente todo] apareció una nueva ola de disidencia, a la cual la clase especializada [los medios, los políticos de vieja guardia] le puso el nombre de 'crisis de la democracia'. Se consideraba que la democracia estaba entrando en crisis porque amplios segmentos de la población se estaban organizando de manera activa y estaban intentando participar en la arena política [como ahora en nuestro país]. El conjunto de élites coincidían en que había que aplastar el renacimiento democrático y poner en marcha un sistema social en el que los recursos se canalizaran hacia las clases acaudaladas y privilegiadas... Había que obligar a la población a que retrocediera y volviera a la apatía, la obediencia y la pasividad [¿desprestigiando expresiones como consultas y referendos?], que conforman su 'estado natural', para lo cual se hicieron grandes esfuerzos, si bien no funcionaron. Afortunadamente, la 'crisis de la democracia' todavía está vivita y coleando, aunque no ha resultado todavía muy eficaz a la hora de conseguir un cambio político..."

"... A todos estos desbarajustes se añade un malentendido esencial.
Muchos ciudadanos consideran que, confortablemente instalados en el sofá de su salón y viendo en la pequeña pantalla una sensacional cascada de acontecimientos... pueden informarse seriamente. Es un error mayúsculo, por tres razones: primero, porque el informativo televisado, estructurado como una ficción, no está hecho para informar, sino para distraer. A continuación, porque la sucesión rápida de noticias breves y fragmentadas produce... sobreinformación y desinformación. Y, finalmente, porque querer informarse sin esfuerzo es una ilusión que tiene que ver con el mito publicitario más que con la movilización cívica. Informarse cansa y a este precio el ciudadano adquiere el derecho de participar inteligentemente en la vida democrática..."

la verdad nos hará libres. la prensa, borregos.

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