http://www.eltelegrafo.com.ec/opinion/columnista/archive/opinion/columnistas/2009/12/11/Segmentaci_F300_n-socioecon_F300_mica.aspx
Tomada de la edición impresa del 11 de diciembre del 2009
Desde que en Ecuador se empezó a hablar de Marketing –allá por finales de los 80-, la disciplina se ha movido en medio de una densa neblina a causa de la escasez de información pública relevante para la toma de decisiones empresariales, ya que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) se ha dedicado febril y exclusivamente a atender las demandas de información del sector público: medición del desempleo, déficit habitacional, índice de precios al consumidor, entre muchísimos otros indicadores para los que hay que realizar encuestas de magnitudes descomunales. En el sector privado, en cambio, algo tan importante como la segmentación socioeconómica se nos ha vuelto casi tan complejo como el misterio de la Santísima Trinidad. Al respecto (de la segmentación) cada quien ha hecho su receta y las salas de sesiones se han convertido en una babel de tecnicismos y egos defendidos a ultranza que entorpecen la labor de comercialización, coadyuvan a la contaminación ciudadana por exceso de aspersión publicitaria, minan los recursos empresariales y dejan a much@s, al final, con más dudas que certezas: ¿qué es ser de medio típico? ¿Medio alto es ser rico? ¿Y si se tiene mucho dinero, pero no se es socio del Quito Tenis y Golf Club o del Club de la Unión, se es de nivel alto o no? Para cortar el nudo gordiano el INEC ha diseñado una gran encuesta (con un presupuesto superior a doscientos mil dólares) cuyo objetivo será segmentar a la población por criterios socioeconómicos que abarcan incluso hasta índices de lectoría de libros, asistencia a actividades culturales, práctica de deportes, uso de Internet, entre varios otros vectores de la conducta social y del nivel económico de los miembros de un hogar. Una de las fortalezas del estudio es que va a empezar por establecer, con el profundo rigor con que opera INEC, cuántos niveles socioeconómicos existen, evitando así el error de determinar -a priori- que existen cuatro o cinco. Otro acierto es que la institución ha decidido socializar a través de talleres la metodología de la investigación y sus avances, a fin de lograr un producto enriquecido con los aportes de sus principales usuari@s posteriores: investigador@s de mercados y empresa privada. Lo más útil del proyecto es que al final va a crear un formulario que, aplicado en un hogar, permitirá conocer a qué segmento socioeconómico pertenece éste basado en cómo viven y eligen vivir sus miembros. Esto último será un aporte gigantesco para que la empresa privada pueda conocer mejor a su mercado meta y enfocar eficientemente sus presupuestos, sus esfuerzos y su tiempo. Y nos pondrá a todas y a todos quienes estamos en el área beneficiada a hablar un solo esperanto a partir de abril de 2010 en que los resultados estarán disponibles para el empresariado ecuatoriano -su principal usuario- como un servicio gratuito de INEC. Como no sólo de privilegios vive la empresa privada, sino también de información oportuna y útil, ¿será mucho pedir que quienes critican la falta de apoyo gubernamental al sector empresarial reconozcan este acierto? Sospecho que sí.
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