lunes, 8 de diciembre de 2008

DERBI BARÇA VS. MADRID

el vendedor de sueños ha sido aprobado como lector corresponsal del diario la vanguardia de barcelona (¡alegría que comparto con todos y todas quienes nos apoyan con su tiempo!) y nos ha tocado debutar con una nota sobre cómo se vive el derbi barça vs. madrid en ecuador. a continuación comparto la nota que ha sido publicada en
http://www.lavanguardia.es/lv24h2007/20081201/53590765416.html

EL BARCELONA DE GUAYAQUIL.

Guayaquil es el puerto principal del Ecuador, un pequeño país en el noroeste –pongo énfasis en lo de "oeste"- de Sudamérica. Guayaquil es, además, la segunda ciudad en importancia del país. Es, también, antagonista en muchos tópicos –desde lo político hasta lo deportivo- con la capital, Quito.

Guayaquil tiene su equipo de fútbol de muy honda raigambre popular: Barcelona Sporting Club, fundado en 1925 por una pléyade de catalanes y guayaquileños que lo bautizaron así en honor a la ciudad condal que, en aquellos tiempos, palpitaba en cada atajada del divino Zamora. El uniforme del Barcelona de Guayaquil, a diferencia del club catalán, es amarillo.

Aunque el rival ancestral de Barcelona Sporting Club es otro equipo guayaquileño, en los últimos años ha crecido la rivalidad con un club capitalino: Liga Deportiva Universitaria, un club preferido por las clases medias y altas de Quito, reciente campeón de la Copa Libertadores de América, y de uniforme enteramente blanco que hasta hace poco lucía la publicidad de Siemens.

La última pincelada a esta larga introducción: Guayaquil está consagrada a la Virgen de la Merced, y su fiesta del 24 de septiembre (sin que llegue a ser feriado vacacional) es la más popular de las festividades marianas del puerto.

Sirvan todas las anteriores similitudes para contarles que en Guayaquil (y en Ecuador) el derbi Barça – Real Madrid tiene connotaciones que van más allá de lo futbolístico.

Las preferencias.

Es muy común que el hincha del Barcelona de Guayaquil, lo sea también del Barça. Por ello es frecuente ver a aficionados yendo al estadio (en Guayaquil) con la camiseta del Barça. Eso es un hecho que no se repite en otras ciudades. A nadie en Ecuador se le ocurre ir a apoyar a la Liga Deportiva Universitaria o al Deportivo Cuenca con el azulgrana del club de Messi.

Los aficionados del rival ancestral del Barcelona de Guayaquil, no pueden ser más que del Madrid porque sería herético para ellos andarle haciendo barras a un club homónimo del que tanto rechazan. Las mofas de ellos hacia los 'barcelonistas' (de Guayaquil), es que Barcelona Sporting Club es una sucursal de la gran institución catalana. Nuestra respuesta es justo a la inversa: que el gran Barça es nuestra sucursal en el viejo continente. Real y obviamente, ni lo uno ni lo otro, las fundaciones de cada uno fueron hechos totalmente independientes.

En Quito, dadas ciertas similitudes cromáticas y geopolíticas entre la Liga Deportiva Universitaria y el Real Madrid, la afición es más "madridista".

Los periodistas deportivos encuentran en el fútbol español (y argentino) la posibilidad de confesar sus preferencias de forma abierta, cosa que por algún recato misterioso, obvian respecto a los cuadros locales. Aquí nuevamente, dada la coincidencia del nombre entre el Barça y el Barcelona de Guayaquil, se presta para más de una broma entre los relatores. Recuerdo una anécdota de un periodista radial que había dicho durante muchos años que él no tiene ninguna preferencia por equipo ecuatoriano alguno. Un día, comentando los previos de un derbi dijo repetidas veces que él es fan del "Barce" (denominación cariñosa al Barcelona de Guayaquil). Al cabo de muchas menciones repetidas, uno de sus colegas le hizo caer en cuenta que el subconsciente lo había traicionado y que había, por fin, confesado su predilección por el cuadro popular de nuestra ciudad. Revelado el misterio de forma accidental, el periodista luego procedió a oficializarlo. El tema dio de comer para muchos días.

Un día de derbi.

Ya en día de derbi, un plan muy apetecible es reunirse con amigos y amigas en un bar para compartir unas cervezas, unos piqueos y los goles. Las casas no son la mejor locación por cuanto no todas tienen la señal de cable que permite ver tan importante encuentro.

Los planes son a la tarde de sábado, ya que por las diferencias en huso horario (Ecuador está en -5 GMT) los derbis suelen ser a las 14.00 ó 15.00, lo que coincide con almuerzos y tardes enteras dispuestas en el lugar elegido.

Los bares, en especial uno que se llama Sport Planet, logran un ambiente muy intenso. Aunque no hay cánticos, sí hay mucha algarabía, gritos, aplausos, etc. No muy diferente que cuando se juegan los derbis locales, llamados "clásicos".

Las apuestas suelen hacerse en cervezas o con respecto a la cuenta del bar, que para un grupo de cinco amigos cerveceros puede llegar a unos 60 euros si incluyen piqueos tex-mex.

Recuerdo el derbi aquel que quedó empatado 3-3 con gol de Messi faltando minutos para el pitazo final. La minoría blanca estaba sentada frente a nuestra mesa y se mofaron de nosotros durante largos tramos del partido. Al final, el gol del argentino fue un estallido de gritos y gente corriendo y abrazándose, con especial dedicatoria para la bulliciosa minoría, que terminó en total silencio.

Los españoles radicados en Guayaquil se reúnen en el Club de Campo Español o en los salones de la Sociedad Española de Beneficencia. En esas sedes se vive un ambiente muy ibérico, se juntan las familias y comparten ambientes de confraternidad muy agradables, aunque mucho menos vívidos que los de los bares donde vamos los aficionados al fútbol que andamos buscando un pretexto para festejar un gol como propio. Uno de ellos es mi amigo Guillermo Huguet, catalán, quien siempre precisa: "Yo soy barcelonés y barcelonista".

En mi caso particular, como buen hincha del Barcelona de Guayaquil, soy del Barça. He estado en Camp Nou, en el Museo José Luis Núñez y en La Botiga. Además, mi hermana vive y trabaja haciendo cultura de paz en Barcelona. Pero mi hijo, que también es 'barcelonista' (de Guayaquil), en medio de las rebeldías de la adolescencia, se me hizo 'madridista'. Y ahora, a sus 18 años, ya no hay quien lo cambie. Lo perdí. Con él nos ha tocado ver juntos no solo muchos derbis (como aquel del 0-3 en el Bernabeu: aquella vez se indignó por ver al aficionado madridista aplaudir a Ronaldinho; luego supimos que el tal aficionado se había arrepentido del gentil acto), sino también las jornadas de Champions League de ambos equipos. Y los saldos en casa son siempre agridulces.

Hasta ahora no hemos podido ver juntos ningún derbi en un bar porque se prohíbe la entrada a menores de 18 años, pero como ya los cumplió hace pocas semanas, el sábado 13 estaremos en Sport Planet viendo los goles de Messi y Eto'o.

Mientras mi hijo merodea por la sala desde donde escribo estas líneas, me pide que corrija y que ponga que los goles serán de Raúl y de Sneijder. Lo escribo. Espero que en edición lo omitan. O que ustedes lo perdonen.

2 comentarios:

  1. Muy buen articulo, simplemente brillante cuando cuando los articulos no hablan de politica en donde discrepo totalmento contigo. Exitos
    Pato

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  2. Nostradamus... Le atinaste: Eto'o y Messi. Lastima que no alcancé a ver el partido, no sabes cómo lo seguía por Internet en el minuto a minuto, jaja, pero al final, ganamos carajo... Por cierto, nuevamente felicitaciones humildes por el artículo...

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