algún día, seguramente hace mucho tiempo, el ser humano de épocas pretéritas inventó el abrazo. ¡qué buen invento!
por encima de lo sensual de los besos, de lo estentóreo de los aplausos, de la suavidad de las caricias, del fuego de las otras caricias, de las palabras de aliento, de las risas y hasta de las sonrisas, están los abrazos. ese gesto corporal tan manifiesto y tan entero debería convertirse en un derecho humano: el derecho a tener quién lo abrace a uno, el derecho a recibir un abrazo cada vez que se lo necesite. o sea siempre.
es imposible fingir un abrazo. se fingen los orgasmos y las risas, se paga por el sexo, le regalan a uno sonrisas insinceras, pero es imposible fingir un abrazo, ¿cómo hacerlo?
al abrazar, se juntan los dos corazones, casi pueden oírse latir entre sí. se juntan la boca de un abrazante con la oreja del otro, de forma que se puede acompañar el abrazo con unas palabras, pero además es mutuo: la otra persona también queda cerca de nuestra oreja. en el abrazo, además, se puede estampar un beso -así como furtivo y de pasada- en la mejilla. un beso que bien le cae a la madre, al amigo, al hijo.
los abrazos muy sentidos suelen ir acompañados de palmadas en la espalda, de apretones fuertes y muy duraderos, y sirven igual para saludar, felicitar, consolar, despedir, agradecer, etc. son multiuso. lo que no ocurre con las risas o los besos franceses: no podría usted consolar a su abuelita en un velorio con un beso tipo "lo que el viento se llevó".
si mañana desapareciera todo el internet del mundo, volveríamos a los años '90. si desaparecieran las computadoras, nos ubicaríamos en los años '70, y si fueran los automóviles los que se desmaterializaran, entonces llegaríamos al siglo xix. pero si desaparecieran los abrazos, volveríamos a la edad de piedra, al inicio de los tiempos.
al inicio de los tiempos, algún día, el ser humano aprehendió con sus manos un arma precaria hecha no para enfrentar a las fieras hambrientas sino para golpear a otro ser humano. en momento lóbrego se estaba fundando la violencia y la guerra, también la prepotencia y el terror. todo salió de los brazos de aquellos humanos, nuestros lejanos abuelos. pero esos mismos seres humanos -tal vez antes, tal vez después- usaron los mismos brazos para hacer algo mejor, su mejor obra, su mejor herencia, e inventaron el abrazo. o lo descubrieron. desde allí hasta hoy no lo hemos mejorado porque es inmejorable, pero sí le hemos dado matices y lo hemos utilizado en todos los momentos: en el fútbol, en san telmo, cuando niños y hasta en la cruz.
¿han visto lo que ocurre en el fútbol cuando un jugador marca un gol? sus compañeros corren a abrazarlo. o a veces el autor del gol va donde su entrenador, aquel que confió en él, y lo abraza. ayer supe que el francés thierry henry, gran goleador del barça catalán, tiene un ahijado y admirador en su mismo equipo. se trata de bojan, un canterano de 19 años de edad que las está rompiendo todas. cada vez que bojan marca un gol, corre donde su mentor -henry- y le regala un abrazo. realmente se lo regala al mundo que lo ve por la televisión o en el estadio. pero a veces henry lo corrige: sabedor de lo importante del abrazo posgol, el francés le señala al autor del pase que le permitió a bojan marcar el gol. y se lo señala para que vaya primero allá y le ofrende el abrazo primo al compañero que más lo merece.
un día, en san telmo, buenos aires, me encontré con un hombre que portaba un rótulo grande que ponía "abrazos gratis" (una redundancia). y cada tanto, había alguien, generalmente trotamundos que vienen pasando mucho tiempo lejos de los suyos, se le acercaba y se daban un gran gran abrazo. sin nada a cambio. increíble: en tiempos en que todo cuesta, todo está en venta y todo es mercado, ese hombre regalaba abrazos. y los recibía también.
cuán nuestros y útiles son los abrazos que cuando los niños temen o han pasado un mal rato y ven a su madre (o padre) no le cuentan lo ocurrido, la abrazan. y la madre, en su atávica reacción, lo primero que hace no es preguntar ni llorar, ni besar: abraza.
en tiempos de celebración cristiana de la muerte y resurrección de cristo, me queda la imagen del profeta en la cruz, como empezando a dar un abrazo. debe ser por eso que eligió muerte tan dolorosa: para quedar en posición de abrazo y recordarnos el gesto hermoso.
vinieron a la mente todas estas reflexiones que ahora comparto con ustedes por dos abrazos que recibí hace muy pocos días: de mi isabella hermosa con sus escasos 3 años y de maría josé maravillosa con algunitos años más. ambas me llenaron con sus brazos y se dejaron llenar por los míos. me juntaron su corazón. al final, creo que me les traje un pedacito de sus corazones. es ese pedacito el que me hizo llegar hasta estas líneas que ahora concluyo.
les dejo a todos, un abrazo. un gran abrazo que espero que lo compartan. alguien cerca de usted necesita ser abrazado. o abrazar.
por encima de lo sensual de los besos, de lo estentóreo de los aplausos, de la suavidad de las caricias, del fuego de las otras caricias, de las palabras de aliento, de las risas y hasta de las sonrisas, están los abrazos. ese gesto corporal tan manifiesto y tan entero debería convertirse en un derecho humano: el derecho a tener quién lo abrace a uno, el derecho a recibir un abrazo cada vez que se lo necesite. o sea siempre.
es imposible fingir un abrazo. se fingen los orgasmos y las risas, se paga por el sexo, le regalan a uno sonrisas insinceras, pero es imposible fingir un abrazo, ¿cómo hacerlo?
al abrazar, se juntan los dos corazones, casi pueden oírse latir entre sí. se juntan la boca de un abrazante con la oreja del otro, de forma que se puede acompañar el abrazo con unas palabras, pero además es mutuo: la otra persona también queda cerca de nuestra oreja. en el abrazo, además, se puede estampar un beso -así como furtivo y de pasada- en la mejilla. un beso que bien le cae a la madre, al amigo, al hijo.
los abrazos muy sentidos suelen ir acompañados de palmadas en la espalda, de apretones fuertes y muy duraderos, y sirven igual para saludar, felicitar, consolar, despedir, agradecer, etc. son multiuso. lo que no ocurre con las risas o los besos franceses: no podría usted consolar a su abuelita en un velorio con un beso tipo "lo que el viento se llevó".
si mañana desapareciera todo el internet del mundo, volveríamos a los años '90. si desaparecieran las computadoras, nos ubicaríamos en los años '70, y si fueran los automóviles los que se desmaterializaran, entonces llegaríamos al siglo xix. pero si desaparecieran los abrazos, volveríamos a la edad de piedra, al inicio de los tiempos.
al inicio de los tiempos, algún día, el ser humano aprehendió con sus manos un arma precaria hecha no para enfrentar a las fieras hambrientas sino para golpear a otro ser humano. en momento lóbrego se estaba fundando la violencia y la guerra, también la prepotencia y el terror. todo salió de los brazos de aquellos humanos, nuestros lejanos abuelos. pero esos mismos seres humanos -tal vez antes, tal vez después- usaron los mismos brazos para hacer algo mejor, su mejor obra, su mejor herencia, e inventaron el abrazo. o lo descubrieron. desde allí hasta hoy no lo hemos mejorado porque es inmejorable, pero sí le hemos dado matices y lo hemos utilizado en todos los momentos: en el fútbol, en san telmo, cuando niños y hasta en la cruz.
¿han visto lo que ocurre en el fútbol cuando un jugador marca un gol? sus compañeros corren a abrazarlo. o a veces el autor del gol va donde su entrenador, aquel que confió en él, y lo abraza. ayer supe que el francés thierry henry, gran goleador del barça catalán, tiene un ahijado y admirador en su mismo equipo. se trata de bojan, un canterano de 19 años de edad que las está rompiendo todas. cada vez que bojan marca un gol, corre donde su mentor -henry- y le regala un abrazo. realmente se lo regala al mundo que lo ve por la televisión o en el estadio. pero a veces henry lo corrige: sabedor de lo importante del abrazo posgol, el francés le señala al autor del pase que le permitió a bojan marcar el gol. y se lo señala para que vaya primero allá y le ofrende el abrazo primo al compañero que más lo merece.
un día, en san telmo, buenos aires, me encontré con un hombre que portaba un rótulo grande que ponía "abrazos gratis" (una redundancia). y cada tanto, había alguien, generalmente trotamundos que vienen pasando mucho tiempo lejos de los suyos, se le acercaba y se daban un gran gran abrazo. sin nada a cambio. increíble: en tiempos en que todo cuesta, todo está en venta y todo es mercado, ese hombre regalaba abrazos. y los recibía también.
cuán nuestros y útiles son los abrazos que cuando los niños temen o han pasado un mal rato y ven a su madre (o padre) no le cuentan lo ocurrido, la abrazan. y la madre, en su atávica reacción, lo primero que hace no es preguntar ni llorar, ni besar: abraza.
en tiempos de celebración cristiana de la muerte y resurrección de cristo, me queda la imagen del profeta en la cruz, como empezando a dar un abrazo. debe ser por eso que eligió muerte tan dolorosa: para quedar en posición de abrazo y recordarnos el gesto hermoso.
vinieron a la mente todas estas reflexiones que ahora comparto con ustedes por dos abrazos que recibí hace muy pocos días: de mi isabella hermosa con sus escasos 3 años y de maría josé maravillosa con algunitos años más. ambas me llenaron con sus brazos y se dejaron llenar por los míos. me juntaron su corazón. al final, creo que me les traje un pedacito de sus corazones. es ese pedacito el que me hizo llegar hasta estas líneas que ahora concluyo.
les dejo a todos, un abrazo. un gran abrazo que espero que lo compartan. alguien cerca de usted necesita ser abrazado. o abrazar.
Lindo! se me estremeció el cuerpo en ciertas partes. Es impresionante como uno puede regocijarse gracias a un abrazo, esa sensación única de sentir que tienes al otro, que está ahí para apoyarte, para ayudar, para confiar,y lo más gratificante es que va de lado y lado.
ResponderBorrarTe envío un gran abrazo, de esos tiernos (como choclo) pero fueeertes. Me da gusto visitar tu blog y ver como sigues escribiendo tan lindo.
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Lindo.
ResponderBorrarMuy Lindo.
Es más, fue como un abrazo.
Los besos son deliciosos, es cierto. Pero un abrazo es un cúmulo de palabras que se quedan atoradas en la garganta.
Estoy viendo lo de Chile y el comentario de una periodista me pareció muy apropiado. Y me hizo recordar muchos abrazos de mi vida, los primeros, los últimos, el de mi padre antes de que se vaya... Me encantan los abrazos! me encanta mecerme en los brazos de alguien! Sentirme atrapada entre dos brazos que me acercan a un corazón. Es tan sincero eso...
Linda publicación. Me ha gustado mucho.
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