sábado, 21 de marzo de 2009

EQUINOCCIO.

entre el 20 y el 21 de marzo de cada año se produce el equinoccio que en el hemisferio norte da inicio a la primavera y en el hemisferio sur al otoño. el equinoccio es, en palabras muy sencillas, la alineación de la tierra y el sol de forma que los rayos de éste impactan por igual al hemisferio norte y sur del planeta.
me explico mejor: la tierra, a lo largo de su órbita anual alrededor del sol, se inclina ligeramente "hacia adelante" y "hacia atrás". cuando se inclina hacia adelante (como haciendo una venia) el hemisferio norte recibe mayor impacto de rayos de sol que el hemisferio sur. por tanto, en el norte se produce el verano y en el sur el invierno. esto ocurre hacia junio de cada año. por el contrario, cuando la tierra se inclina hacia atrás, el efecto climático es inverso. esto último ocurre hacia diciembre de cada año. en ese mes el norte está en invierno y el sur en verano. el equinoccio es el punto en que la tierra ha terminado una inclinación y todavía no empieza la otra, es decir, está "recta" y los rayos solares impactan por igual a ambos hemisferios.
el equinoccio (realmente "los" equinoccios, porque hay otro en septiembre 22) se produce, además, en el momento en que la tierra se aproxima más al sol. recordemos que la órbita terrestre alrededor del sol no es redonda, sino ovalada, elíptica; por tanto hay momentos en que nos alejamos mucho del sol (junio y diciembre) y momentos en que nos acercamos en extremo (equinoccio de marzo y de septiembre).
los equinoccios son considerados -y no faltan motivos astronómicos y astrológicos para ello- como los inicios de ciclo, momentos propicios para recargar energías del mayor proveedor de ellas que es el sol, tiempos apropiados para nuevos emprendimientos, momentos para iniciar siembras muy delicadas, días-frontera entre ciclos cerrados y nuevos ciclos.

a las pirámides de teotihuacán, en méxico, dedicadas al sol y a la luna, concurre cerca de un millón de visitantes en estos días, deseosos todos de recibir energía solar desde un lugar sagrado y en los días propicios. en tikal, en guatemala, el vendedor de sueños tuvo la oportunidad de participar de una ceremonia shamánica quiché en el equinoccio de marzo de 2008, en la cual se invocó al sol para beneficio de los asistentes y de la madre naturaleza (la fotografía corresponde a aquella mañana). son numerosos otros lugares del mundo donde se celebran ceremonias y rituales sagrados que pretenden vincular al ser humano con su atávico ancestro solar. como curiosidad, en este día, en la mitad del mundo, en quito, entre las 11h00 y las 13h00 no hay sombra: los rayos caen de forma tan precisamente perpendicular que la sombra desaparece.
tan importante y verdadera es la relación entre el sol y la tierra, que la iglesia católica -no teniendo fechas históricas para el nacimiento, muerte y resurrección de jesús- estableció tales festividades de acuerdo a otras que se realizaban en esa época y que se vinculaban con el solsticio de 21 de diciembre (que originaba una celebración que duraba 4 días y que estaba relacionada con la vida agrícola de los pueblos de la antigüedad) y con el equinoccio de marzo. a partir de este último y con la ayuda del calendario lunar los judíos establecían la pascua, festividad con la cual está vinculada el viernes santo y el domingo de resurrección. los católicos de ahora lo siguen haciendo igual.
deseo, a quienes comparten conmigo estas líneas, que el equinoccio nos aporte con luz y verdad, con energía y con voluntad, para continuar nuestro tránsito terrestre y -como dice fito en una de sus canciones- volver a volver a empezar, a volver a empezar, a volver a empezar.

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