con el 80% de las actas del país escrutadas, el 64% de los votantes le dijeron SÍ a la nueva constitución y sólo el 28% la vetaron; el restante 8% votó nulo o blanco. cuando estén escrutadas todas las actas las variaciones serán mínimas y no alcanzarán para cambiar la contundencia del resultado: ¡paliza! la campaña nos permitió ver con lupa tres vertientes comunicacionales: 1. el gobierno, acuerdo país, rafael correa y todos sus aliados argumentando sobre los textos constitucionales y sobre las obras realizadas en 20 meses de régimen. 2. los partidos políticos de oposición, algunas organizaciones sociales, la iglesia católica, la iglesia evangélica, la empresa privada, algunos periodistas y otros aliados argumentando contra los textos constitucionales, contra su legitimidad, contra su legalidad y contra su moralidad. 3. jaime nebot, sus leales y toda la maquinaria a su disposición argumentando contra los textos constitucionales, anunciando desastres para guayaquil si ganaba el sí, amenazando con no candidatizarse a la reelección y mostrando las obras realizadas en 16 años de gobierno municipal socialcristiana. el triunfo abrumador del sí dejó en claro tres conclusiones que, aunque podrían parecer semejantes entre sí, realmente entrañan fenómenos independientes: a. al país no lo mueve el discurso y el proceder de los tradicionales actores políticos, por eso el no -cuya propuesta fue liderada por partidos y figuras protagónicas hasta antes de 2006- apenas logra 28%. b. el país no se conectó -como lo pretendieron algunos periodistas y algunos políticos- con aquello de 'un cambio, pero no de este modo', por eso los nulos y blancos apenas alcanzaron un 8%, un porcentaje incluso inferior al de otras elecciones. c. al país le urge y le seduce el discurso y el proceder de correa y de su gobierno, al país le urge y le seduce la propuesta constitucional, por eso el 64% votó sí. finalmente, y para confrontar a quienes aun después de la paliza sufrida todavía pretenden minimizar la contundencia de la voluntad popular, unos cuantos referentes históricos inmediatos: en noviembre de 2006 rafael correa ganó la presidencia con el 57% de los votos, pero de los votos válidos, es decir sin contar los nulos ni los blancos (que fueron 752m, equivalentes al 11%). si los incluyéramos en el universo (para poderlos comparar con la votación de ayer), los votos logrados por correa hubieran sido equivalentes al 51%. voy a obviar la referencia de la consulta popular de marzo de 2007 que le dio el sí a la conformación de la asamblea constituyente con 80% por una razón que ahora han decidido 'olvidar' los de la oposición: esa consulta popular fue apoyada por casi todos los partidos políticos. incluso el mismo jaime nebot estuvo de acuerdo con ella, votó sí y mostró el voto a las cámaras. ese 80% no fue de acuerdo país, ni del gobierno, ni de rafael correa solamente: fue de muchas fuerzas políticas que se subieron en la ola del clamor popular por una asamblea constituyente.
en septiembre de 2007 los candidatos de acuerdo país lograron el 69% de la votación nacional (considerando votos en plancha y votos entre listas), pero al incluir los votos nulos y blancos, el porcentaje obtenido por el partido de gobierno es de 63%. ayer, 28 de septiembre, el sí logró 64%. claramente vemos que, 20 meses después del iniciado el gobierno, hay más votos que respaldan sus tesis y sus propuestas que cuando ganaron la presidencia. bucaram, mahauad y lucio (los últimos tres presidentes elegidos por la ciudadanía) en 20 meses estaban prófugos. eran otros tiempos. tiene ahora la ciudadanía -no sólo el gobierno- una responsabilidad enorme: participar activamente de la transformación y del control. la constitución que aprobamos ayer nos lo permite y nos lo exige. no podemos dejarlo todo en manos de un solo partido político ni de una sola tendencia, debemos participar, debemos evitar que esta hermosa oportunidad se pierda entre las vanidades del poder. lo hemos hecho bien durante 20 meses, hay que hacerlo mejor durante 20 años. nuestros hijos lo disfrutarán.
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